martes, 24 de septiembre de 2013

El record de Petra de Goeij


Volvemos a sumar más de un millar de espátulas en una jornada.

Hace escasos días, vaticinábamos que muy pronto volveríamos a sumar más de mil aves en una sola jornada. Y parece que nuestra experiencia en el corredor migratorio “Playa La Barrosa-Cabo Roche”, no es algo ya baladí. Así ha sido el pasado viernes 20 de septiembre, cuando contabilizamos 1033 aves en la Torre del Puerco y donde por primera vez, sí que deseamos asociar ciertos acontecimientos del Proyecto Limes Platalea, a personas muy determinantes para el futuro desarrollo del mismo. Y en este caso, se nos antoja como un nuevo hito.


La semana pasada, ha estado acompañándonos en el trabajo de campo de Limes 2013, la investigadora de la Universidad de Groningen (Países Bajos) Petra de Goeij. Nada menos que un referente internacional en el estudio de la espátula europea. Y por lo pronto, su papel como “notaria” de excepción, no ha podido ser más oportuno. Así, y en maratonianas jornadas de campo, ha podido experimentar casi todas las variables posibles que pueden darse y que contemplamos en este estudio. Desde diferentes atalayas y con diferentes vientos, ha podido observar el paso de casi 2000 aves, en las 3 jornadas de mañana (y algunas horas más) en las que nos ha acompañado. Ya por la tarde, buscábamos por las marismas de la Bahía de Cádiz, las habituales concentraciones de cientos de espátulas previas al “salto”, para hacer lecturas de anillas e intentar la descarga de información (mediante una antena-dispositivo móvil) de posibles GPS logger portados por aves holandesas.




  Petra de Goeij con los coordinadores del Proyecto Javier Ruiz (derecha) y Francisco Hortas (izquierda)

Como colofón a la estancia de la Dra. De Goeij, nos impartió la primera de las 4 conferencias programadas dentro de un ciclo para 2013, que promueve el Proyecto Limes Platalea. La gran afluencia de público es todo un nuevo acicate para nosotros.

 De izquierda a derecha Rubén Rodríguez, Francisco Hortas, Petra de Goeij. Juan Guerra y Javier Ruiz, en el acto que tuvo lugar en las bodegas 
Juan Guerra (propietario de la bodega que ha dado nombre al fino Palitroque).

Pronto, será la propia Petra de Goeij la que por sí misma y a través de este blog, exprese sus impresiones y emociones. Pero os anticipamos que acompañándose de una gran expresividad y gesticulación, más propia de latinos que de neerlandeses, ha hecho públicos comentarios a políticos y periodistas, del tamaño de; “maravilloso”, “emocionante”, “es un espectáculo único en el mundo”, “si antes en el mapa de los acontecimientos naturales estaban Doñana y el Estrecho de Gibraltar, ahora hay que situar a la Playa de la Barrosa y Cabo Roche”, “jamás he visto algo igual en mis viajes por el mundo tras las espátulas”. Y lo más deseado por nosotros “el año que viene volveré con mucha gente de Holanda, entre ellos Theunis Piersma y Otto Overdjik, la prensa especializada, la TV de los Países Bajos". 

Buscando espátulas anilladas en salinas de la Bahía de Cádiz. De izquierda a derecha: Francisco Hortas, 
José Antonio Haro (compañero participante en el proyecto), Petra de Goeij y Javier Ruiz.

 

  Busqueda de espátulas portadoras de GPS logger con una estación movil


Pero desde ya, tenemos el inmenso orgullo de haber trabajado junto a ella, en el “Espacio Limes Platalea” Todos juntos en pos del descubrimiento de la “última gran migración” entre Europa y África. O como algún periodista ha escrito: “La migración del siglo XXI” 

¡Gracias de corazón Petra¡




 Andalucía Información

miércoles, 18 de septiembre de 2013

De las espátulas a los palitoques y las averramias

Decía el Prof. Bernis (1916-2003), en su Diccionario de los nombres vernáculos de la aves (1995), que Félix de Azara (1742-1821) inventa el vernáculo espátula  cuando dice que “le doy este nombre por su pico” al referirse a la especie americana, cuando escribe su Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y Río de la Plata. (1805) Al tiempo “protesta” y critica al Conde de Buffon (1707-1788) por no distinguir la “rosada” especie americana ,de la “blanca” europea.


 

Y tan convencidos estamos en el Proyecto Limes Platalea, de que estamos asistiendo a la recuperación de un desconocido fenómeno natural “tan antiguo”, que en base a diferentes y razonadas especulaciones históricas, no creemos poder encontrar suficiente número de parejas nidificantes de espátulas en España, al menos hasta el siglo el siglo XVIII, como para que nuestros antecesores en estas tierras pudiesen haber sido testigos de lo que hoy vemos en la playa de La Barrosa y Cabo Roche. ¿Y como las llamaban en aquel entonces los habitantes del lugar?


 Detalle del pico de una espátula adulta de frente donde se puede ver  los detalles de los dibujos 

 
Detalle del pico de una espátula adulta de perfil donde se puede ver el relieve de los bordes

En este punto, hace unos días, un magnífico naturalista gaditano, José Manuel Amarillo, nos regalaba una cita donde aparece el vernáculo palitoque. Se trata de la obra de Antonio Ponz  (1725-1792) Viage de España, o Cartas en que se da noticia de las cosas mas apreciables y dignas de saberse, que hay en ella (1772-1794) –último volumen póstumo dedicado a Cádiz-. Vemos que ya eran conocidas las Paxareras y sus “extraños”-según el abate Ponz- palitoques. Curiosamente, localizadas entonces en álamos y no sobre los hoy varias veces centenarios y célebres alcornoques, y  que constituyen parte del imaginario colectivo que tenemos todos de Doñana.




Espátulas nidificando en sauces. Doñana
Espátulas haciendo nidos en álamos.  Doñana
¿Pero y antes? Pues bien, encontramos el sugerente y olvidado vernáculo medieval castellano de Averramia. Y aquí la imaginación nos hacer pensar en miles de “aves de las ramas” en las desiertas marismas y lagunas de los territorios fronteros entre los cristianos y moros del Valle del Guadalquivir, durante los siglos que aquí duró la Reconquista.

Para dejar hablar a otros con mayor propiedad que nosotros y sobre el vernáculo Averramia, os remitimos al suculento texto dedicado a las “Aves Olvidadas” por el “Raitán de Biblioteca”, donde con detalle, se ocupan de ello. Seguro lo disfrutáis. 



Y siendo coherentes y con la convicción de que en este corredor migratorio estamos asistiendo a una migración literalmente “inmemorial”, a partir de ahora seguro que nos ilusionará decir, un tanto ranciamente;“vamos a contar palitoques…vamos a ver pasar averramias”.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Retornos


Desde su comienzo, esta campaña 2013 está marcada por la casi continua presencia de fuertes vientos de levante. De hecho, es una de las circunstancias por las que se nos  presenta como un escenario diferente al de 2012 (donde vientos de poniente y sur fueron predominantes) Como primera consecuencia, el mayor esfuerzo en el trabajo de campo lo aplicamos en  la atalaya de Torre Bermeja. Un lugar soberbio con estos vientos. Como podéis ir comprobando y tal como ocurre en el Estrecho de Gibraltar, los vientos nos hacen escoger los lugares más adecuados para censar. 

Pero también estamos asistiendo a un fenómeno muy poco notorio en la campaña 2012. Son los retornos tras abortar el “salto” a África. Estos, muy escasamente observados el pasado verano, son casi diarios cuando los vientos del Este arrecian. Os recordamos que incluso con Beaufort 5, las aves luchan por marchar, con continuos cambios de estrategia de vuelo. Así efectúan salidas solo a primera hora del día, aprovechando que en ese momento los vientos amainan. También, cambiando la altura de vuelo o formación y dinámica de los bandos. Pero el hecho es que en mar abierto y frente al Estrecho, la fuerza  puede ser aún mucho mayor.  A resultas de este empecinamiento migratorio, vemos volver a la Bahía de Cádiz, no sólo aves solitarias o en pequeños bandos, sino bandos completos que minutos antes (a veces incluso media hora) vimos marchar. 

 El bando de la derecha retorna mientras que el de la izquierda inicia el "salto" hacia África, Fotografía realizada desde la Ermita de Santa Ana a 7KM de distancia.
Tras lo descrito, para las salinas y marismas de la Bahía de Cádiz descubrimos un nuevo e importante papel, atribuido hasta ahora exclusivamente a los humedales costeros del mar Cantábrico. El ser lugar de refugio durante la arriesgada apuesta vital del “salto” hacia África, de todas las espátulas de Europa occidental. 

Bando de retorno

En síntesis, la Bahía tiene un papel crucial en todos los aspectos de la Historia Natural de las espátulas. Es lugar de nidificación, dispersión postreproductora, alimentación, reclutamiento migratorio, invernada y ahora, también refugio. Y lo que más nos apasiona al equipo del Limes, el ser el mejor lugar de Europa para observarlas en sus viajes entre Europa y África.

Bando de retorno
 

lunes, 9 de septiembre de 2013

“Quién no ha visto espátulas en La Barrosa y Cabo Roche, no sabe lo que es ver volar espátulas”


1200 aves en seis horas

Tomándonos la licencia de parafrasear en clave taurina, ya que, no en vano, estamos en la tierra de toros bravos, en el título del post hacemos un remedo de la famosa y arrogante frase pronunciada por el torero Joselito “El Gallo” en 1916: “Quién no ha visto toros en El Puerto, no sabe lo que es un día de toros. 

Y es que ayer día 8 de septiembre, volvimos a batir el record de espátulas contabilizadas en migración hacia África, en una sola jornada. Nada menos que 1.200 aves. ¡Y cómo las vimos¡  En términos absolutos, bien pudimos contabilizar entre el 6,3 y el 8,5% de toda la población de la vía de vuelo del Atlántico Este (entre 14.000 y 19.000 aves. Overdijk et al., en preparación).



No nos cansaremos de describir una y otra vez, cómo durante seis horas, una sucesión de bandos, tal como “rosarios blancos” adornaban el cielo de una de las costas más hermosas de España. Ver evolucionar las formaciones de los mismos, era más bien observar como los trazos rápidos de un pintor, se dibujaban y desdibujaban en un inmenso lienzo celeste.

Es fácil emocionarse con lo que hemos visto. Pero también lo es sentirse como un pionero ante un tremendo espectáculo natural, nunca antes descrito. Espectáculo que por derecho propio debe sumarse ya, a la lista donde figuran otros como las concentraciones de Ánsares al amanecer, en la duna más famosa de Doñana, o la visión de sus pajareras desde la marisma, las concentraciones de grullas en Gallocanta o la migración en el Estrecho de Gibraltar…



Quienes escribimos estas líneas, hemos visto muchas, muchas miles de espátulas durante años. Y también las conocemos de manera muy íntima. Y lo que hemos podido disfrutar ayer, afirmamos que sólo puede ser contemplado en Europa, en el corredor migratorio “Playa La Barrosa-Cabo Roche”. Y lo que es mejor, sabemos que se puede repetir. Deciros también, que es la tercera vez que comprobamos como la “hoja de anotaciones” del método, suma el millar de aves en una sola mañana (la anterior ocasión fue el 29 de septiembre de 2012).

Poco a poco, comenzamos a saber preveer, en parte, las características “oleadas de espátulas”. Y ésta, la esperábamos. Tras tres días de vientos del Sur, con un paso nulo, el “zugunruhe” de nuestras amigas era evidente en una desaforada dedicación a su alimentación, y es que teníamos; un claro “tapón”. Luego, un pequeño chubasco y bajada de temperaturas, y lo más decisivo y esperado, vientos del NO. 




Y henos aquí, pudiendo contaros, aún de sucinta manera, lo que pudimos vivir 5 miembros del proyecto Limes Platalea desde las atalayas de Torre del Puerco y Torre Bermeja. Y amigo lector, recuerda que te brindamos nuestra ayuda, si así lo que deseas, para que puedas vivir estas emociones por ti mismo. La España Salvaje, también puede ser observada descansando sobre una toalla y bajo una sombrilla. ¿Te vas a perder esta migración?.



viernes, 6 de septiembre de 2013

La geografía humana de la espátula



Pocas especies de la fauna española generan auténticos especialistas y grupos de trabajo autónomos, en todas y en cada una de las localidades donde su presencia es característica. Y es que el seguimiento de la espátula genera más que afición, auténtica pasión por ellas. Es la llamada y ya contada antes, “plataleofilia”. El primer foco peninsular en gestar este tipo de “iluminados” se encuentra en Santoña y sus marismas. Desde allí, GRUSEC ha irradiado una particular y especializada atención por esta ave, que ha trascendido a todos los aficionados a su observación en España. Quizás uno de sus mayores méritos, haya sido el de hacer accesible la información existente sobre la misma, a todo el que lo ha deseado, además de propiciar el convertirlos en partícipes de su seguimiento por la mayor parte de la geografía peninsular. 
 


Por ello, el día 23 de agosto ha sido muy gratificante para nosotros y dentro del trabajo de campo del Proyecto Limes Platalea 2013, recibir la visita de Juan José Aja, una de las partes esenciales de GRUSEC. El compartir nuestras experiencias y comentar largamente el futuro desarrollo de estrategias y convergencias, ha sido de la satisfacción de todos. El “espacio Limes”es sobre todo, un lugar de encuentro, y donde muy pronto nos visitaran otras señeras figuras de la migración de las aves en Europa occidental.
 


miércoles, 4 de septiembre de 2013

La espátula y el prodigio de su invisibilidad


No deseamos hoy disertar sobre el motivo por el cual las espátulas son blancas. Pero es probable que en un ave que pasa la mayor parte de su vida en aguas salinas y someras, con gran capacidad calorífica (alta inercia térmica), la casi permanente reflexión de la luz en las mismas (todo ello en latitudes habitualmente cálidas), la termorregulación sea el “modelador evolutivo” de esta manifestación fenotípica. Siendo blancas, son reflectantes y el mecanismo de intercambio térmico parece evidente, sin olvidar otros como la conducción (exposición del cuerpo con una superficie de diferente temperatura, aire o agua), convección (exposición al viento) y la radiación (emitir o recibir pasivamente energía radiante por la diferencia entre la temperatura del ave y el ambiente) y la evaporación (perdida de calor por el vapor de agua del aire exhalado en la respiración).

Pero lo que nos ocupa es llegar a un hecho en el que coincidimos todos los observadores del Limes, veteranos o no, así como nuestros visitantes. Cuando detectamos un bando, las espátulas desaparecen por momentos de nuestra vista, ya sea cuando están en la lejanía o cerca. A veces, solo las podemos ver cuando las tenemos sobre nosotros. O las vimos pero desaparecieron sin saber por donde se marcharon.

Tenemos una aventurada teoría que podría explicarlo.

Las condiciones de luminosidad en la costa de Cádiz y más donde nos encontramos, en la cercanía de la Bahía (un “espejo” de aguas permanentes de más de 15.000 ha.) son excepcionales. Pero a esta hay que sumar la permanente humedad de las neblinas costeras o de brumas (la evaporación en el encuentro de las masas de aire frío del océano  bajo el aire templado del interior). Ambos factores hacen que la reflexión de la luminosidad  sobre el ave y la humedad en funciones de infinitos micro espejos -modifique la visible dirección natural de la luz, haciéndolas invisibles al ojo humano-. Es el mismo principio en que se desarrollan las modernas patentes del camuflaje militar más avanzado. Por otro lado, el hecho también de que nos vengan de frente, en su perfil al viento más discreto, complica la detección. Más si como en esta campaña de frecuentes vientos del este, las aves vienen altas y en la interfase de brumas/cielo despejado (+ 100 m.), es decir cuerpos blancos sobre un entorno muy blanquecino.



Es curioso, pero detectar espátulas en la distancia es más bien una suerte de “telégrafo óptico”, donde esperamos poder verlas en una de las evoluciones formales del bando para que nos faciliten observar su dorso. Así, nos espetamos unos a otros “las vemos… ahora no las vemos...” Afortunadamente al progresar los bandos, la misma luminosidad que nos las ocultaba, pronto nos da un contraluz más o menos acusado que las delata. 


En todo caso, estos detalles de campo que os contamos son unas de las particularidades que repetidamente nos hacen decir, que ver las espátulas migrar en este corredor, no se parece en nada a lo que en otros sitios con presencia de espátulas podréis contemplar.

Una vez más, estamos abiertos a enmiendas y aportaciones que nos hagan más certeros en estos complicados aspectos de la ornitología descriptiva de esta migración.