Con este título, aparece en el cuaderno de noviembre de la revista Quercus nº 345 en la sección Observatorio, una nota sobre el
proyecto Limes Platalea.
Quizás sea el texto más literario de cuantos hemos redactado hasta
ahora, y por imperativos de espacio, ha sido abreviado. Tanto por su forma como por su fondo, lo damos a conocer en su totalidad. Pero sobre todo, por haber
ido inicialmente dedicado a una serie de personas a las que por su labor, nos
sentimos muy agradecidos. Esta vez, y saliéndonos de la norma, deseamos firmar
su redacción.
Desde que en
2012 comenzamos a tener certeza de estar descubriendo el lugar por donde la
mayoría de espátulas (vía de vuelo del Atlántico Este) “saltan” hacia África durante
la migración postnupcial, nos preguntábamos dónde estaría el otro “pilar” de
este “puente aéreo”… Tanto, que ya en la campaña 2013 decidimos propiciar
también el “salto” del proyecto hacia Marruecos. Algo añadido a que en nuestro
peculiar “ideario explorador” de naturalistas gaditanos, siempre nos ha
acompañado el proverbio romano de Ex Africa semper aliquid novi "De África siempre algo nuevo", que
dijo Plinio el viejo.
Tan solo tenemos que mirar al frente para embelesarnos en la contemplación del Yebel Musa (851 m.) y tratándose de espátulas, ver como vuelan hacia cabo Espartel, como referencia casi permanente en el horizonte.
Es por ello que durante el fin de semana del 12 al 14 de septiembre, organizamos la visita al corredor migratorio “Playa de La Barrosa-Cabo Roche” de nuestros más cercanos vecinos africanos: los ornitólogos marroquíes de GREPOM–BirdLife. Para ello, y con el consejo añadido de los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía Claudine de le Court y José Rafael Garrido López, también presentes, tuvimos el honor de recibir a Rhimou El Hamoumi, Rachid El Khamlichi, Abdeljebbar Qninba y Mohammed Aziz El Agbani. Todos ellos grandes referentes del estudio de la especie en el Reino de Marruecos, como pudimos comprobar en las sendas conferencias que impartieron y que justifican haber citado el antedicho proverbio.
Pero la visita no sólo trataba de la cortesía bien debida, y de emocionarnos todos al mismo tiempo, presenciando la migración de casi un millar de espátulas, sino de sentar las bases de la estrecha colaboración mutua en el estudio de estas aves en sus migraciones intercontinentales. Porque si bien la postnupcial es ya algo menos desconocida, la prenupcial plantea aún muchísimas incógnitas.
Tan solo tenemos que mirar al frente para embelesarnos en la contemplación del Yebel Musa (851 m.) y tratándose de espátulas, ver como vuelan hacia cabo Espartel, como referencia casi permanente en el horizonte.
Es por ello que durante el fin de semana del 12 al 14 de septiembre, organizamos la visita al corredor migratorio “Playa de La Barrosa-Cabo Roche” de nuestros más cercanos vecinos africanos: los ornitólogos marroquíes de GREPOM–BirdLife. Para ello, y con el consejo añadido de los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía Claudine de le Court y José Rafael Garrido López, también presentes, tuvimos el honor de recibir a Rhimou El Hamoumi, Rachid El Khamlichi, Abdeljebbar Qninba y Mohammed Aziz El Agbani. Todos ellos grandes referentes del estudio de la especie en el Reino de Marruecos, como pudimos comprobar en las sendas conferencias que impartieron y que justifican haber citado el antedicho proverbio.
Pero la visita no sólo trataba de la cortesía bien debida, y de emocionarnos todos al mismo tiempo, presenciando la migración de casi un millar de espátulas, sino de sentar las bases de la estrecha colaboración mutua en el estudio de estas aves en sus migraciones intercontinentales. Porque si bien la postnupcial es ya algo menos desconocida, la prenupcial plantea aún muchísimas incógnitas.
Y hablando de
incógnitas en trance de resolver, vimos como en la madrugada y mientras nos
dirigíamos hacia torre del Puerco, expresábamos nuestros comunes deseos de
tener un buen día de “paso” migratorio, con sus locuciones In šā
Allāh (إن شاء الله, lit. Si Alá/Dios quiere), mientras, nosotros utilizábamos
el adverbio castellano pero de indudable origen árabe ojalá. Y quiso Alá/Dios “muy bien”…
Pasaron sobre nuestras cabezas cientos de ellas en hermosas formaciones que erizaban el vello de la piel de todos. Y ese mismo día, nuestra primera espátula equipada con radiotransmisor, a la que llamamos Bahía, y que durante semanas ha estado permanentemente sobre el muro de una vieja salina abandonada, al sur del Parque Natural Bahía de Cádiz, decidió “saltar” hacia la casa de nuestros vecinos del sur. Y Alá/Dios “quiso tanto” que pudieron verla dormitar antes, a su llegada a Chiclana, al atardecer del viernes.
Hoy Bahía está cerca de Safi, 800 Km. al sur. Nos queda casi todo por estudiar (horarios, alturas, derrota, niveles de agua en el Bajo Lucus, Merja Zerja…). Y quizás, el otro pilar del “puente” para las aves ibéricas esté muy lejos. A diferencia del único track del que disponemos de aves nacidas en Holanda; que tras cruzar el mar, sí descansó en los humedades marroquíes citados.
El estudio de la migración de las espátulas se nos desvela como una continua paradoja. Unas entre muchas, es la de su descubrimiento en pleno siglo XXI, ante la vista de centenares de miles de bañistas del turismo de sol y playa. Que lo sea en los aledaños de los archi-estudiados Doñana y el Estrecho de Gibraltar, en la provincia más ornitológicamente prospectada del sur de Europa y que lo sea de la mano de una llamada “ciencia ciudadana”. Pero sobre todo, porque pese a que Limes Platalea signifique la frontera de las espátulas, día tras día, y en un pasillo migratorio “en continuo” de casi 10 meses al año (suma de meses de paso pre/postnupcial) nos enseñan todo lo contrario: No entienden de fronteras.
Y son obstinadas al dirigirse a lugares menos favorables que sus lugares natales (Lok et al. 2011), buscando refugio en un continente donde desgraciadamente y como decía Leopold S. Senghor En África no hay fronteras, ni siquiera entre la vida y la muerte.
Bien podría ser la espátula el personaje de una fábula de Esopo, donde la moraleja sea la necesaria e imprescindible unión entre países, culturas y religiones. ¿Habrá una especie mejor para obligarnos a mirar hacia el sur y hacia el norte?.
El pasado verano, con la visita de resultados muy emocionantes para Petra de Goej, una de las gurús de la especie en Europa, recuperamos en forma de vínculo vivo, casi 400 años de historia común entre España y Flandes. Pero aún más entre la Bahía de Cádiz y el mar de Wadden… Ambos humedales, hacedores de grandes naciones de espátulas.
Estos días lo ha sido entre dos vecinos, siempre condenados e entendernos. Empresarialmente, al igual que en investigación, si trabajamos con nuestros competidores, nos convertimos en compañeros. Y más tarde en amigos.
En alguna comunicación pública, utilizando el poderoso papel simbólico que puede brindarnos la espátula, la hemos parangonado con la también blanca paloma Picassiana de la paz Lo expusimos en la reunión de trabajo celebrada, entre GREPOM-BirldLife y Limes Platalea. Y la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio como cualificada observadora. Puede ser la espátula un nuevo símbolo de ave de la paz, en su vis de ave acuática. Además, en su conferencia, la Dra. Rhimou El Hamoumi, añadió que también de amistad. Porque pocas aves pueden unir tantos países de historia común, al tiempo que arrastrar tanta pasión en los observadores de aves. Y sabemos que la pasión radica en el corazón, y curiosamente, tal como dijo el escritor Graham Greene, África tiene forma de corazón humano.
Dedicamos estas líneas también, además de a los citados, a todas las personas que han dedicado gran parte de su vida, si no toda, al estudio y conservación de la espátula en España. No son pocos. Pero por sentirlos muy en la cercanía, y porque nos estremece recordar la emoción con ellos vivida, señalamos a nuestros compañeros Claudine de le Court, Enrique Urbina, José Manuel Sayago, Rubén Rodríguez y José Antonio Cabral. Paradigmas de la espátula en Andalucía; que como Los Países Bajos y Marruecos, es una gran nación de espátulas.
Javier Ruiz y Francisco Hortas
Coordinadores Proyecto Limes Platalea
Referencias
Pasaron sobre nuestras cabezas cientos de ellas en hermosas formaciones que erizaban el vello de la piel de todos. Y ese mismo día, nuestra primera espátula equipada con radiotransmisor, a la que llamamos Bahía, y que durante semanas ha estado permanentemente sobre el muro de una vieja salina abandonada, al sur del Parque Natural Bahía de Cádiz, decidió “saltar” hacia la casa de nuestros vecinos del sur. Y Alá/Dios “quiso tanto” que pudieron verla dormitar antes, a su llegada a Chiclana, al atardecer del viernes.
Hoy Bahía está cerca de Safi, 800 Km. al sur. Nos queda casi todo por estudiar (horarios, alturas, derrota, niveles de agua en el Bajo Lucus, Merja Zerja…). Y quizás, el otro pilar del “puente” para las aves ibéricas esté muy lejos. A diferencia del único track del que disponemos de aves nacidas en Holanda; que tras cruzar el mar, sí descansó en los humedades marroquíes citados.
El estudio de la migración de las espátulas se nos desvela como una continua paradoja. Unas entre muchas, es la de su descubrimiento en pleno siglo XXI, ante la vista de centenares de miles de bañistas del turismo de sol y playa. Que lo sea en los aledaños de los archi-estudiados Doñana y el Estrecho de Gibraltar, en la provincia más ornitológicamente prospectada del sur de Europa y que lo sea de la mano de una llamada “ciencia ciudadana”. Pero sobre todo, porque pese a que Limes Platalea signifique la frontera de las espátulas, día tras día, y en un pasillo migratorio “en continuo” de casi 10 meses al año (suma de meses de paso pre/postnupcial) nos enseñan todo lo contrario: No entienden de fronteras.
Y son obstinadas al dirigirse a lugares menos favorables que sus lugares natales (Lok et al. 2011), buscando refugio en un continente donde desgraciadamente y como decía Leopold S. Senghor En África no hay fronteras, ni siquiera entre la vida y la muerte.
Bien podría ser la espátula el personaje de una fábula de Esopo, donde la moraleja sea la necesaria e imprescindible unión entre países, culturas y religiones. ¿Habrá una especie mejor para obligarnos a mirar hacia el sur y hacia el norte?.
El pasado verano, con la visita de resultados muy emocionantes para Petra de Goej, una de las gurús de la especie en Europa, recuperamos en forma de vínculo vivo, casi 400 años de historia común entre España y Flandes. Pero aún más entre la Bahía de Cádiz y el mar de Wadden… Ambos humedales, hacedores de grandes naciones de espátulas.
Estos días lo ha sido entre dos vecinos, siempre condenados e entendernos. Empresarialmente, al igual que en investigación, si trabajamos con nuestros competidores, nos convertimos en compañeros. Y más tarde en amigos.
En alguna comunicación pública, utilizando el poderoso papel simbólico que puede brindarnos la espátula, la hemos parangonado con la también blanca paloma Picassiana de la paz Lo expusimos en la reunión de trabajo celebrada, entre GREPOM-BirldLife y Limes Platalea. Y la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio como cualificada observadora. Puede ser la espátula un nuevo símbolo de ave de la paz, en su vis de ave acuática. Además, en su conferencia, la Dra. Rhimou El Hamoumi, añadió que también de amistad. Porque pocas aves pueden unir tantos países de historia común, al tiempo que arrastrar tanta pasión en los observadores de aves. Y sabemos que la pasión radica en el corazón, y curiosamente, tal como dijo el escritor Graham Greene, África tiene forma de corazón humano.
Dedicamos estas líneas también, además de a los citados, a todas las personas que han dedicado gran parte de su vida, si no toda, al estudio y conservación de la espátula en España. No son pocos. Pero por sentirlos muy en la cercanía, y porque nos estremece recordar la emoción con ellos vivida, señalamos a nuestros compañeros Claudine de le Court, Enrique Urbina, José Manuel Sayago, Rubén Rodríguez y José Antonio Cabral. Paradigmas de la espátula en Andalucía; que como Los Países Bajos y Marruecos, es una gran nación de espátulas.
Javier Ruiz y Francisco Hortas
Coordinadores Proyecto Limes Platalea
Referencias
Lok, Tamar,
Overdijk, Tinbergen, J. M. y Piersma, T. 2011. The paradox of spoonbill
migration: most birds travel to wheresurvival rates are lowest. Animal Behaviour 82 (2011) 837-844.
No hay comentarios:
Publicar un comentario