Aunque decirlo así, suena
petulante, lo puede parecer más si tenemos en cuenta que la provincia de Cádiz,
en el sur de España, es el territorio peninsular más conocido por la ciencia
ornitológica. Pero afortunadamente descubrir un corredor migratorio es lo que
hemos podido hacer gracias al Proyecto Limes Platalea.
Y singularmente, antes de nuestro
esfuerzo de campo, no existía
información alguna sobre por “donde, como y cuando” pasan las espátulas en su
migración postnupcial hacia África. Todo eran suposiciones, paradójicamente en
una especie de enorme poder mediático.
Cuando abordamos este aventurado
proyecto, solo contábamos con observaciones aleatorias compiladas durante los
veranos y la veracidad de nuestra palabra. No existía ni una sola foto de la
que, ahora podemos definir y demostrar, como una de las más espectaculares
manifestaciones del fenómeno migratorio de las aves en Iberia.
También tenemos la satisfacción
de constatar que el manejo inteligente de una especie y unos planes de
conservación y recuperación consecuentes, puede hacernos hoy día “ver” una manifestación
de la naturaleza totalmente desconocida. Tal como una vuelta al pasado en una
“máquina del tiempo”. Curiosamente, este descubrimiento acontece en una de las playas más populosas de Europa y nada
menos que en el período estival y por ende vacacional. Playa, que además fue
frecuentada –también en verano- en la primera mitad del siglo XX por reconocidos
ornitólogos como W.H. Riddell (1880-1946) yerno de W. Buck y ahijado de Abel
Chapman, cuando huía de la canícula de su residencia habitual en el castillo en
Arcos de la Frontera. Afamado pintor naturalista, dibujó con primor las aves de las marismas de
Sancti-Petri, sin percatarse de que frente a su casa en la playa de La Barrosa, se producía el que con los años se
convertirá –auguramos- en la más popular de las migraciones. Con un superior impacto mediático al producido por la llegada
de las grullas o los ánsares. Pues a diferencia de estos, los 4 meses de
tránsito de las espátulas transcurren sobre las cabezas de millones de
“contemplativos” bañistas del turismo de sol y playa. Nos gusta recordar, que
un muy usado referente “localizador” en nuestro censo, y que nos ayudaba a
señalar los bandos que salían de la Bahía de Cádiz, era decir “sobre el
edificio de los Drogos” Casi nadie
sabe, hasta ahora que lo mencionamos, que ese nombre era el de una casa a pié
de playa y que poseía la finca de W. H. Riddell y Violeta Buck para disfrute de
invitados y alquiler. Muchos que la visitaron, eran notables ornitólogos. Unos
habituales como Mauricio González-Gordon, otros buscando descanso tras las
famosas expediciones anglosajonas a Doñana. De ellos tenemos (J. Ruiz, F.
Hortas, Ref) un totalmente inédito y anónimo enlistado de aves titulado “Birds of Barrosa and the neighbourhood
including the salinas an the sea” donde solo señalan a la Spoonbill como
“O.V. = Occasional Visitor” ¡¡¡¡¡¡
Por otro lado, a finales del siglo
XIX, se considera que no había en los Países Bajos, más de 1000 parejas de
espátulas. Y aquí en España, no debían ser más que unos pocos centenares. En esas fechas, coincidentes con el llamado
“furor salinero” en todas las marismas del Golfo de Cádiz, y que roturaba las
marismas con el objeto de producir sal, además de la secular recolección de
huevos, no permitía un establecimiento de colonias tal como acontece hoy en
día. Y solo se conocía su nidificación en unos pocos lugares como la laguna de
las Madres en Huelva y la Laguna de La Janda en Cádiz. De hecho, más tarde, en
los albores de los años 50, no habría en toda Europa más que 200 ó 300 parejas,
acercándose a la extinción.
Se entiende así, que la migración
pasara desapercibida. Más aún -y gracias al conocimiento aportado por el proyecto
Limes-, si tenemos en cuenta que la
población ibérica, fenológicamente situada su migración entre julio y mediados
de septiembre, era más débil en contingentes que la norte-europea. Esta última,
al ser su paso en octubre y noviembre, conllevaba un clima más desapacible y por
tanto menos expuesta a eventuales observadores que “identificaran” la migración
de la especie.
Pero eso era hasta este pasado verano…
10.000 espátulas. Esa es la cifra obtenida
en el proyecto LIMES PLATALEA 2012
Por fin podemos ofreceros el
resultado más esperado por todos: aproximadamente 10.000 aves, son las que hemos podido contabilizar en el recién
descubierto corredor migratorio “playa de La Barrosa-Cabo Roche”.
Lugar que se revela como el más importante lugar de Europa en
tránsito de la migración postnupcial
de la especie en su “salto” hacia
África. No solo por el número de individuos, sino también por las posibilidades
y facilidades de estudio que conlleva. El resultado obtenido sobrepasa con
creces los censos conocidos hasta la fecha en el Cantábrico (Santoña, Urdaibai
y Txingudi). Pero pese a que aún nos queda por realizar casi todo el análisis
pormenorizado de las cifras y grosso modo, vemos que podemos también objetivar
que respecto a la población ibérica, hemos podido controlar más de un 86 % de su fracción migratoria y más de un 65 % de la respectiva a la población
norte-europea. Pero que si consideramos todo el contingente de Europa occidental,
desde una de la más frecuentada y hermosa playa de España, los veraneantes
pueden observar aprox. el 75 % de
todos los individuos –potencialmente migradores- existentes. Si la población
ibérica hubiese tenido tenido un buen año de cría, como se promete en 2013, las
cifras en valor absoluto, pueden ser realmente espectaculares.
Incluso ya hemos señalado que es
posible que nos encontremos con una especie con al menos dos patrones migratorios diferentes y “otros” más aún por definir,
pero que ya vislumbramos. De hecho necesitamos de cara a la próxima campaña,
abordar las especulaciones que en este punto nos ocupan. Así, la probable
migración nocturna y la posibilidad de lugares de “salto” previo, aún
desconocidos, son un fenomenal estímulo para el grupo de seguimiento de la espátula Limes Platalea.
Pronto podremos informaros de los
pasos que estamos dando en pos de nuestros objetivos. De hecho, no paramos de
establecer conversaciones y reuniones en la línea de lo descrito. Y aún
deberemos esperar algo más para ver publicados los muchos variados resultados
que nuestra ilusión y esfuerzo han conseguido.
De lo que no nos cabe duda es que
ahora conocemos más de la migración postnupcial de la espátula en Europa. Sin
empacho podemos decir y con orgullo, que
hemos contribuido notablemente al conocimiento de su Historia Natural.
Pero que mucho más vamos a aportar en el
futuro.
Gracias a los miembros del equipo Limes Platalea y también ¿cómo no? a los cientos de seguidores que nos
prestan su atención y simpatía.
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